♾️Copa América 2025: una vitrina sin modelo de negocio
Además: Nuevo fichaje récord; Pumas estrena documental; Noche histórica en el boxeo; Millonario acuerdo con Nike.
¡Buen domingo!
Te dejamos acá lo que necesitas saber sobre la otra mitad de la industria deportiva.
Que lo disfrutes.
Nuevo fichaje récord
La delantera canadiense Olivia Smith pasará del Liverpool al Arsenal por cerca de $1.4m usd, récord en el FutFem. (Acá más información).
Pumas estrena documental
TV UNAM y Pumas Femenil anunciaron “Patada Puma”, una serie documental del día a día de las jugadoras del primer equipo. (Acá más información).
Noche histórica en el boxeo
El Madison Square Garden tuvo su primera cartelera 100% femenil, la pelea estelar fue la trilogía entre Katie Taylor y Amanda Serrano. (Acá más información).
Millonario acuerdo con Nike
Catarina Macario, delantera del Chelsea, firmó con Nike por 10 años y $10m usd, uno de los acuerdos más lucrativos del FutFem. (Acá más información).
Copa América 2025: una vitrina sin modelo de negocio
Por Guillermo Mejía
Leer este artículo te tomará: 5 minutos
Quito será el epicentro del fútbol femenil sudamericano del 11 de julio al 2 de agosto, pero el verdadero debate no estará en la cancha.
La edición 2025 de la Copa América vuelve a evidenciar las limitaciones de fondo que frenan su crecimiento estructural.
A pesar de contar con talentos internacionales, hay una sensación incómoda que se repite cada edición: la de un torneo que se sostiene por el talento de sus jugadoras, pero no por la estructura que lo rodea.
Un torneo con historia, pero sin estructura firme
Desde su inicio en 1991, la Copa América Femenina ha sido dominada por Brasil y marcada por una débil institucionalidad. A diferencia de la Euro, no cuenta con un ecosistema profesional sólido ni una estrategia sostenida de crecimiento.
La falta de un plan de legado limita su impacto estructural. Sin garantías económicas para jugadoras y clubes, el torneo aún no logra consolidarse como motor real del desarrollo regional.
A pesar de todo esto, muchas voces consideran que la Copa América 2022 pudo ser un punto de inflexión.
Se jugó en tres ciudades colombianas, atrajo a alrededor de 170,000 asistentes en total y tuvo una final con cerca de 28,000 fans y la transmisión llegó a casi 10 millones de personas, según datos de CONMEBOL.
Pero más allá del impacto puntual de este evento, poco de ese impulso se tradujo en estructura.
En 2025 no se percibe un plan de seguimiento por parte de las federaciones, ni una estrategia continental para mantener el nivel de visibilidad.
Tres años después, el torneo vuelve sin grandes cambios en términos de modelo de negocio o integración institucional.
Lo que se espera de la edición 2025
La Copa América 2025 llega a Ecuador con expectativas renovadas. Será la primera que no dará boletos para el Mundial, ya que en octubre se inaugurarán las eliminatorias de la CONMEBOL rumbo a Brasil 2027.
Quito, con tres estadios, será la única sede del certamen, una decisión que facilita la logística y mejora la ocupación de estadios, pero que limita el potencial de expansión del torneo.
Un formato con múltiples sedes podría fomentar el interés regional, atraer inversiones locales y dejar un legado deportivo más robusto para el país anfitrión.
Otro tema que ha llamado la atención es que los boletos tendrán precios simbólicos, $3 dólares en fase de grupos y $5 en la final, para llenar tribunas y acercar al público.
Esta estrategia de acceso busca masificar la asistencia, pero también refleja una realidad incómoda: aún no se ha generado un valor percibido suficiente como para elevar el precio del espectáculo.
El desafío de fondo es elevar la percepción del torneo como un producto digno de inversión.
¿Ver a la UEFA como espejo?
A diferencia de la UEFA, que ha construido la Women´s EURO como un producto global con visión, estrategia comercial y legado, la CONMEBOL mantiene la Copa América Femenina como un evento sin continuidad, sin narrativa regional y sin estándares mínimos para el desarrollo del fútbol femenino.
No todo es negativo ya que la CONMEBOL ha dado algunos pasos hacia adelante:
En 2023 lanzó su estrategia Evolución Femenina.
Estableció requisitos mínimos para clubes participantes en torneos continentales.
En enero de 2025 lanzaron la primera edición del Programa de Liderazgo Femenino UEFA-CONMEBOL (WFLP) que se llevó a cabo en Brasil en marzo.
Sin embargo, aún falta voluntad para acompañar estos lineamientos con presupuestos reales y una hoja de ruta clara.
Tampoco se ha revelado el monto de los premios económicos y solo se han anunciado a Betano y MasterCard como patrocinadores oficiales.
La falta de socios estratégicos y de una identidad propia limita no solo los ingresos, sino también la proyección internacional.
La desigualdad sigue siendo protagonista: El reclamo de Uruguay
A una semana del arranque del torneo, la selección femenina de Uruguay se negó a entrenar como protesta por la falta de condiciones laborales.
Las jugadoras reclamaban el uso completo del complejo de alto rendimiento, mejor equipamiento, ropa adecuada y aumento en las dietas diarias.
La medida fue respaldada por FIFPRO y tuvo amplio eco mediático. Finalmente, la federación uruguaya cedió.
Más allá de la solución puntual, el caso deja al descubierto lo que ocurre en muchos países: las jugadoras tienen que exigir condiciones mínimas para representar a su país, mientras los torneos se promueven como vitrinas de equidad.
¿Se puede tener una Copa América unificada?
La edición 2024 de la Copa Oro W abrió un nuevo escenario: selecciones de Sudamérica como Brasil, Colombia, Paraguay y Argentina fueron invitadas a competir. El resultado fue positivo, tanto en términos deportivos como de visibilidad.
Una Copa América unificada entre CONMEBOL y CONCACAF podría convertirse en uno de los torneos más atractivos del mundo.
Reunir a selecciones como Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Argentina y Colombia elevaría el nivel competitivo, ampliaría el mercado regional y facilitaría la entrada de marcas globales.
Además, permitiría construir una narrativa panamericana que conecte con audiencias nuevas.
Una integración de este tipo permitiría atraer nuevos patrocinadores, fortalecer el calendario anual y crear una narrativa más poderosa en torno al fútbol femenino del continente.
La Copa América tiene la historia, pero le falta la visión para convertirse en el motor estructural que el fútbol femenil en la región necesita.
La Opinión de Infinitas
Si la CONMEBOL quiere que este torneo compita con los mejores del mundo, debe construir un modelo que inspire confianza, convoque inversión y asegure dignidad para sus protagonistas.
La Copa América tiene el potencial de impulsar ligas, talento e inversión en toda la región. Pero mientras las federaciones no la asuman como una prioridad estratégica, seguirá siendo solo una vitrina pasajera.
Es momento de dejar atrás la lógica de evento aislado y apostar por un torneo que funcione como plataforma de desarrollo estructural para el fútbol femenil en Sudamérica.
"Merecemos un trato digno a nuestro esfuerzo y dedicación."
Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP)