♾️Infraestructura: clave del nuevo modelo femenil
Además, El equipo más valioso del mundo; LPGA regresó a México; Nueva identidad del OL Lyonnes; Disney+ se queda con la Champions
¡Buen domingo!
Te dejamos acá lo que necesitas saber sobre la otra mitad de la industria deportiva.
Que lo disfrutes.
El equipo más valioso del mundo
NY Liberty rompió récords vendiendo una participación minoritaria con una valuación de $450m USD, la más alta en la historia del deporte femenil. (Acá más información).
LPGA regresó a México
8 años después de su última edición, del 22 al 25 de mayo se está disputando el “Mexico Riviera Maya Open” con una bolsa de $2.5m USD. (Acá más información).
Nueva identidad del OL Lyonnes
La división femenil del Olympique de Lyon anunció su nuevo nombre, nueva identidad visual y otros cambios estructurales. (Acá más información).
Disney+ se queda con la Champions
De 2025 hasta 2030 Disney+ transmitirá todos los juegos de la UEFA Women’s Champions League en exclusiva en Europa. (Acá más información).
Infraestructura: clave del nuevo modelo femenil
Por Guillermo Mejía
Leer este artículo te tomará: 5 minutos
En los últimos 12 meses, varias franquicias de la WNBA y la NWSL han iniciado una nueva etapa de profesionalización: el desarrollo de centros de entrenamiento diseñados exclusivamente para mujeres.
Esta tendencia, cada vez más común en el deporte estadounidense, representa una transformación tangible y estratégica que apunta a cerrar la brecha histórica en acceso, rendimiento y condiciones laborales.
No se trata solo de mejoras operativas o renovación de espacios: estamos frente a una nueva estrategia de inversión que redefine lo que significa competir al más alto nivel.
¿Por qué ahora?
Este auge no es casualidad.
Las franquicias femeniles están comenzando a ver un cambio en su modelo de negocio. Nuevos grupos de propietarios, muchos de ellos ajenos previamente al mundo deportivo, han ingresado al ecosistema con una visión fresca y con estrategias agresivas de posicionamiento y diferenciación.
Fondos como Monarch Collective o RAJ Capital han entrado con una visión a largo plazo, sabiendo que las instalaciones no solo elevan la experiencia deportiva, sino que son activos estratégicos con valor inmobiliario y comercial.
Por otro lado, la creciente visibilidad del deporte femenil —en audiencia, patrocinios y venta de boletos— ha demostrado que ya no se trata de una apuesta filantrópica, sino de una oportunidad de negocio real.
Tener instalaciones propias ya no es un lujo, es una herramienta de competitividad. Kim Stone, CEO del Washington Spirit, lo resume con claridad:
“Las instalaciones son ahora parte clave para atraer talento. Competimos globalmente, y quien no invierta, se quedará atrás.”
Infraestructura como propuesta de valor
La infraestructura propia ya se percibe como parte de la propuesta de valor integral para jugadoras, patrocinadores y audiencias. Natalie Nakase, entrenadora de Golden State Valkyries, lo tiene claro:
"Tener una instalación propia es una ventaja clave".
Y es que la competencia también empuja, más ante la eliminación del draft universitario en la NWSL y la búsqueda global por talento joven.
Los clubes que ofrezcan mejores condiciones atraerán no solo a las mejores jugadoras, sino también a marcas interesadas en asociarse con entornos profesionales y de alto estándar.
¿Qué pasa en el resto del mundo?
Aunque el deporte femenil crece en todo el mundo, la brecha de infraestructura sigue siendo notable fuera de Estados Unidos.
En Europa, el fútbol femenil ha experimentado una profesionalización más acelerada en lo deportivo que en lo estructural. Clubes como el Chelsea FC Women o el FC Barcelona Femení entrenan en instalaciones de alto nivel, aunque no siempre exclusivas.
Son pocos los ejemplos de centros exclusivos diseñados desde cero para las jugadoras. Manchester City Women anunció en marzo la construcción de un centro exclusivo para las jugadoras, y el OL Lyonnes hizo lo propio esta semana.
En este grupo de equipos se encuentran las dos organizaciones que han dominado los últimos años en Europa y la dominante en Inglaterra, ¿coincidencia?
Sin embargo, la mayoría de los clubes aún operan bajo esquemas de “adaptación” pensados para el equipo masculino, lo que pone en evidencia la distancia entre los discursos de igualdad y la realidad institucional.
Un ejemplo muy claro de esto es lo que sucedió en junio del año pasado con el Manchester United Women, cuando las enviaron a instalaciones portátiles en el complejo de entrenamiento del club en Carrington para permitir que la plantilla masculina utilizará el edificio femenil mientras se renovaban las instalaciones masculinas.
Este tipo de contradicciones —organizaciones que presumen apoyar el deporte femenil, pero lo relegan en la práctica— contrastan con lo que está ocurriendo en muchas organizaciones de Estados Unidos.
Allá, la inversión no es solo simbólica, sino estructural.
¿Y LATAM?
En América Latina, la situación es más crítica.
Aunque algunos equipos, principalmente en la Liga MX Femenil y unos cuantos en la liga brasileña, han mejorado sus condiciones, la gran mayoría aún comparte instalaciones y recursos con sus ramas varoniles.
En muchos casos, los equipos entrenan en canchas alternas, comparten espacios con categorías juveniles o deben ajustarse a calendarios secundarios.
Esto refleja que, en la región, la infraestructura femenina aún no es una prioridad estratégica para la mayoría de los clubes ni una categoría que atraiga inversión especializada.
Infraestructura como activo estratégico
Más allá de su función operativa, un centro de entrenamiento puede convertirse en un activo estratégico:
Contar con instalaciones propias no es solo una cuestión logística o de comodidad. Es una declaración de respeto.
Se trata de reconocer que el deporte femenil no es un “anexo” del varonil, sino un proyecto con identidad, necesidades y estándares propios.
Significa que las atletas son vistas como profesionales a tiempo completo, no como invitadas temporales en espacios prestados.
Además, en un entorno cada vez más competitivo, las condiciones de infraestructura se han convertido en un factor clave de reclutamiento.
Como apuntó Katrina LeBlanc, ex GM de Portland Thorns y ahora ejecutiva de RAJ Sports, al anunciar el nuevo centro de entrenamiento en Portland:
“Si lo construyes, ellas vendrán. Y se quedarán”.
La Opinión de Infinitas
La infraestructura exclusiva no garantiza el éxito, pero su ausencia sí limita las posibilidades. En un escenario donde las jugadoras exigen más y las marcas buscan diferenciadores auténticos, invertir en espacios femeniles es una decisión de negocio, no un acto simbólico.
Lo que antes era una excepción en Estados Unidos hoy se perfila como el nuevo estándar global. Esa evolución obliga al resto del mundo a decidir si seguirá adaptando estructuras masculinas o comenzará a construir desde cero para el deporte femenil con recursos, espacios y estándares propios.
La presión competitiva y las comparaciones públicas empujarán a más franquicias a invertir. La infraestructura será también un diferenciador para ligas emergentes que quieran posicionarse ante inversionistas o sponsors.
“Las instalaciones son ahora parte clave para atraer talento. Competimos globalmente, y quien no invierta, se quedará atrás”.
-Kim Stone, CEO Washington Spirit