♾️FIFA al fin actúa contra lesiones del ACL
Además: Mundialote a partir del 2031; Sigue creciendo Liga MX Femenil; Rihanna entra a la WNBA; London City Lionesses asciende
¡Buen domingo!
Te dejamos acá lo que necesitas saber sobre la otra mitad de la industria deportiva.
Que lo disfrutes.
Mundialote a partir del 2031
FIFA aprobó el nuevo formato para la Copa del Mundo que se aplicará desde 2031, con EE.UU. como país anfitrión. (Acá más información).
Sigue creciendo Liga MX Femenil
La asistencia total a las semifinales en la Liga MX Femenil logró 85,891 aficionados, un crecimiento del 71.9% vs. el torneo anterior. (Acá más información).
Rihanna entra a la WNBA
Su marca de belleza, Fenty Beauty, anunció su primer acuerdo con New York Liberty, el equipo campeón en 2024. (Acá más información).
London City Lionesses asciende
El club de Michele Kang, logró el ascenso a la WSL y será el único club 100% independiente en la máxima categoría inglesa. (Acá más información).
FIFA al fin actúa contra lesiones del ACL
Por Guillermo Mejía
Leer este artículo te tomará: 4 minutos
Las lesiones de ligamento cruzado anterior (ACL) siguen siendo una epidemia silenciosa en el fútbol femenil.
No importa si se trata de jugadoras élite como Alexia Putellas, Beth Meade o Sam Kerr, o de jóvenes promesas en ligas amateur: las cifras no bajan y los tiempos de recuperación siguen siendo devastadores.
En marzo 2023 la estrella del Arsenal, Beth Meade, que recién se había roto el ACL, resaltó la importancia de que se hiciera un mayor esfuerzo por estudiar más a fondo esta situación. Y remató con un contundente:
“Si esto hubiera ocurrido en el fútbol masculino, se habría hecho algo mucho antes”.
Ante este contexto, la FIFA ha dado (por fin) un paso significativo.
A partir de junio de 2025, financiará un estudio liderado por Kingston University que busca establecer si los cambios hormonales durante el ciclo menstrual influyen directamente en el riesgo de sufrir estas lesiones.
Aunque ya existían algunas investigaciones al respecto, esta es la primera vez que el máximo organismo del fútbol invierte en una investigación científica de esta índole enfocada exclusivamente en mujeres.
Y como ya vimos, esto no es un detalle menor.
¿En qué consiste el estudio?
Este estudio financiado a través del programa FIFA Research Scholarship, tendrá una duración de un año con un equipo de expertos en biomecánica, fisiología y ciencia del deporte de Kingston University.
Participarán futbolistas de clubes del suroeste de Londres, como Fulham y Chelsea, además de jugadoras de fútbol amateur. A lo largo del estudio, las participantes serán sometidas a análisis de sangre y pruebas físicas de manera regular.
El objetivo central es estudiar los niveles hormonales —especialmente de estrógeno y progesterona— en distintas fases del ciclo menstrual, y cruzar esa información con el rendimiento en tareas físicas específicas como aterrizajes después de un salto o cambios rápidos de dirección, dos de los momentos más comunes en los que ocurren las lesiones de ACL.
La hipótesis de partida es que las fluctuaciones hormonales pueden incidir en la laxitud de los ligamentos y en los tiempos de reacción neuromuscular, lo cual incrementaría el riesgo de lesión en ciertas fases del ciclo.
Este enfoque contrasta con muchas de las metodologías actuales, centradas en factores estructurales o del entorno, y abre una puerta clave: la personalización del entrenamiento y la prevención en función del ciclo menstrual. Algo que, hasta ahora, ha estado casi completamente ausente en la planificación deportiva, incluso en el fútbol profesional.
¿En qué se diferencia del Project ACL?
En marzo, en Infinitas analizamos el impacto del Project ACL, una iniciativa de largo plazo liderada por FIFPRO, PFA, Nike y Leeds Beckett University.
Este proyecto también busca reducir las lesiones de ACL, pero desde una perspectiva sistémica y estructural. Busca identificar y corregir desigualdades históricas en el entorno del deporte femenil.
El estudio de Kingston University, en cambio, va al nivel micro: la fisiología individual de las atletas.
En el siguiente diagrama podemos ver las principales características de ambos trabajos.
La verdadera solución para reducir las lesiones de ACL —y otras tantas— está en el punto de intersección entre ambos enfoques.
¿Por qué esto importa?
Históricamente, la medicina deportiva ha estado centrada en el cuerpo masculino.
Durante décadas, se extrapolaron a las mujeres conclusiones obtenidas en hombres, sin tener en cuenta las diferencias anatómicas, fisiológicas y hormonales. Esta omisión ha tenido consecuencias graves: desde equipamiento mal diseñado hasta protocolos de recuperación ineficaces.
La relevancia del estudio de Kingston University radica precisamente en su especificidad.
No se trata solo de saber cuántas futbolistas se lesionan, sino por qué se lesionan.
Este tipo de estudios son esenciales para derribar estigmas: durante décadas, el ciclo menstrual ha sido un tema evitado en el deporte, cuando en realidad es un componente fisiológico clave que puede —y debe— ser tomado en cuenta para mejorar el rendimiento y prevenir lesiones.
Además, el estudio tiene una dimensión democratizadora. Sus hallazgos podrían beneficiar no solo a clubes de élite, sino también a academias, equipos universitarios y ligas amateurs, donde la falta de recursos impide contar con entrenadores, fisioterapeutas o médicos con formación específica en lesiones femeninas.
¿Y qué sigue?
Si los resultados del estudio confirman una correlación entre ciertas fases del ciclo menstrual y mayor riesgo de lesión, podríamos estar ante el comienzo de una transformación en el fútbol femenil: entrenamientos personalizados, planes de prevención individualizados, y una nueva forma de planificar el alto rendimiento.
También podría generar presión para que más clubes —incluso en niveles amateur— empiecen a incorporar monitoreo hormonal, ciclos menstruales y cargas adaptadas en sus programas de desarrollo. Sería un cambio profundo, no solo médico, sino cultural.
Porque este estudio no se trata solo de prevenir lesiones. Se trata de reconocer que el fútbol femenil necesita ciencia propia, evidencia propia y respuestas a sus propias preguntas.
Y eso, al final del día, también es una forma de construir equidad en el deporte.
La Opinión de Infinitas
Este tipo de investigaciones permitirá construir protocolos de entrenamiento más precisos. Incluir variables como el ciclo menstrual podría optimizar el rendimiento y reducir riesgos, especialmente en el alto rendimiento.
Si los resultados son positivos, el siguiente paso será escalar el modelo a más clubes y regiones. La transferencia de conocimiento será clave para impactar más allá del nivel profesional.
Más allá de su carácter exploratorio, el estudio propone un modelo replicable para otras ligas y disciplinas. Su expansión podría reforzar la prevención desde una perspectiva más costo-efectiva.
“Es importante que, como colectivo, intentemos que se investigue más acerca del ACL. Es demasiado común en el fútbol femenil”.
-Beth Mead, delantera del Arsenal